Costa Rica tiene muchas actividades para vivir experiencias inolvidables tanto para visitantes como para locales. Uno de ellos es apreciar el Quetzal, un ave muy exótica y mítica con gran significado para los mayas y algunas otras civilizaciones. Te contamos nuestra experiencia con esta magnífica ave.
Salimos ese día de enero como a las 7 de la noche hacia el Cerro de la Muerte en San Gerardo de Dota. El tráfico fluía para salir de San José esa tarde. Nos dirigimos por la ruta Interamericana, con neblina en algunas partes; la noche era oscura. Llegamos alrededor de las 10 de la noche al albergue, un poco cansados para dormir por lo que no había lugar para la cena.
Fue impresionante entrar en la habitación y volver la mirada hacia ese cielo estrellado. Innumerables estrellas pude observar, como había visto hace muchos años cuando era niño. Estaba fascinado y cautivado por un espectáculo tan hermoso. La persona que nos recibió a esa hora nos dijo, “si quieren ver el Quetzal, deben madrugar, ya que uno de los mejores horarios es por la mañana entre las 5 y las 8 am” ¡Ummmm! Tenía que levantarme temprano, pensé, llegué a mi habitación, hacía mucho frío, me acomodé rápido, no sin antes acercarme a la ventana y observar una vez más ese hermoso cielo estrellado. Estaba feliz y tal vez me quedaría despierto toda la noche viendo mis hermosas estrellas, aun así, tenía que dormir, así que programé la alarma de mi teléfono a las 4:45 a.m.
Temprano en la mañana sonó el despertador, y tenía muchas ganas de seguir en la cama calentita, aun así, no había opción, busqué la ventana y me encantó la vista que tenía, un hermoso amanecer con diferentes tonalidades. El punto de encuentro fue el restaurante donde tomamos un café para entrar en calor. El guía nos recibe dando las indicaciones necesarias y comenzamos el recorrido hasta el punto en que tuvimos que quedarnos quietos esperando al dios maya, el dios del aire, el quetzal.
Mientras esperábamos el guía nos comentó la importancia del quetzal para algunas civilizaciones como los mayas. Dijo que el mejor momento para observarlo es entre enero y abril. El quetzal llega con la cosecha del árbol de aguacatillo, que es uno de sus frutos favoritos. El guía nos comentó que la comunidad de San Gerardo de Dota y Cerro de la Muerte han implementado la siembra de este árbol con cultivos en diferentes épocas del año para acercarnos al quetzal.
seguimos esperando
con el guía y sus explicaciones. Nos dijo que el macho es el que tiene
esa gran cola de colores, que usa para encantar a la hembra en el apareamiento
estación. De repente el guía nos dio una señal de silencio absoluto, y luego el
los integrantes del grupo que estuvimos ahí fueron uno a uno observando la hermosa
animal más de cerca. Y como si se diera cuenta de que era observado, se levantó y
cubierto de hojas. No no no pensé, con este frío y esta niebla y nuestra hermosa
el quetzal se va. Aun así, tuvimos que guardar silencio porque el guía nos dijo
que en cualquier momento volvería. Nos quedamos quietos, con cualquier movimiento y
de repente apareció en un árbol más cercano. Me río en mis pensamientos y dije, pero
este que le gusta ser observado! Es algo maravilloso para cualquiera que disfrute
naturaleza y ver al hermoso quetzal en su estado natural con la
incertidumbre de que en cualquier momento volará. Es una experiencia emocionante con
gran expectativa que lo puedas ver parado en el arbol comiendo su fruto
con sus hermosos colores.
El guía nos señaló otro árbol y había otro quetzal, mismo silencio, misma alegría, todo el grupo se reunió para la observación del quetzal que parecía complacido con tanta admiración. ¡Se logró el objetivo!
Regresamos al albergue un poco hambrientos y con frío, muy contentos porque pudimos ver a esta gran ave. El guía estaba feliz de complacer al grupo y agradecido con el quetzal que se presentó. Nos dijo que los quetzales son fieles, solo tienen una pareja para toda la vida. Y pensé que eso los hace más encantadores sin duda. Además, nos comentó que no es un ave tímida, lo que facilita su observación y toma de fotografías.
Los mayas llamaban al Quetzal el dios del aire y era para ellos símbolo de bondad y luz. Sus plumas verdes de la cola eran veneradas como símbolo del crecimiento de las plantas para la primavera. Es parte de la historia mística de esta emblemática ave que tenemos la dicha de poder observar aquí en Costa Rica.
Historia contada por: Mónica
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